Rutina.

Lunes por la mañana, suena el despertador, las 7:30, cierro los ojos y deseo que el tiempo retroceda. Me siento en la cama, bostezo, miro por la ventana. Las farolas se apagan dejando que la luz del Sol ilumine las calles. Me levanto y me dirijo al baño; en el espejo reflejado el rostro del aburrimiento por la rutina.
Salgo de casa camino al instituto, siempre por el mismo camino, siempre cruzando con la misma gente: como siempre dos chicas pasan por el pequeño puente, el chico del instituto esperando en la esquina, la pareja que en la moto...
Como todas las mañanas me siento en el banco y veo a aquel que un día me gustó, sonrío a mi adentros y pienso qué vi en él. Otra vez en marcha de vuelta al instituto para volver otra vez a...en fin... a lo de siempre.